miércoles, 11 de diciembre de 2013

Retos hacia la autoestima

Todos nos hemos marcado objetivos en la vida alguna vez. Desde cosas “simples”: “Voy a dejar de morderme las uñas” (objetivo fácil y difícil a la vez, creedme); “Hoy empiezo a estudiar, pero esta vez en serio” (más que objetivo… autoengaño); “La semana que viene empiezo el gimnasio a tope” (más que objetivo... eso); “Voy a superarme y voy a cocinar el mejor pastel que he hecho nunca”, etc. Todos estos pequeños retos, que expuestos así se asemejan a propósitos de año nuevo como los que pensamos en esta época navideña, no dejan de ser importantes para poder avanzar. Objetivos a mayor escala podrían ser: “Voy a sacarme el carnet de conducir a la primera”; “Voy a estudiar derecho, aunque sé que es una carrera difícil me esforzaré”; “Voy a entrenar tanto que ganaré ese campeonato de tennis el año que viene” “Conseguiré aprobar esas oposiciones, una plaza tiene que ser mía”; “Ahorraré para poder hacer ese Máster el año que viene aunque tenga que trabajar duro”, etc. Necesitamos creer en nosotros mismos, tener motivos para levantarnos cada mañana para así poder funcionar, poder crecer, y así poder reforzar nuestra autoestima a medida que los vamos consiguiendo.

Como comentaba en el anterior post del blog, la autoestima es una autoevaluación muy personal sobre nosotros, valga la redundancia. Es decir, cómo nos vemos tanto a nivel físico como emocional. Base de nuestra personalidad, y en consecuencia, de nuestra motivación para actuar y alcanzar nuestras metas. Comparémoslo con un proceso en círculo:

Alta autoestima – más seguridad personal - más motivación para marcar retos – más fuerza para intentar conseguirlos – más constancia – más tolerancia a la frustración (posibles fracasos) – más energía para volverse a levantar – más posibilidades de éxito – éxito – aumento de autoestima.

Y vuelta a empezar. Por lo contrario, alguien que tenga una baja autoestima y sea inseguro, dispondrá de menos motivación para marcar retos personales, y si se los marca probablemente desista mucho antes (frustración al fracaso), haciendo disminuir considerablemente sus probabilidades de éxito. No porque no tenga capacidad, sino porque no sabe/puede ver las herramientas para construir una base personal sólida y, por lo tanto, conseguir lo que se propone.




Con todo esto quiero decir que la autoestima no es algo estable que permanece igual durante toda la vida, sino que es un autoconcepto que va modificándose dependiendo de las vivencias personales de cada uno, y por supuesto, de la interpretación que le damos a esas vivencias. Personas distintas pueden haber pasado escenas similares durante su escolarización, por ejemplo, y haberlas interpretado de formas totalmente distintas, cosa que va forjando su personalidad inconscientemente, creando así su seguridad/inseguridad, valores, carácter… (a las interpretaciones personales les dedicaré otro post de forma más detallada). Por otro lado, decir que las limitaciones no crean la autoestima, puedes conocer tus “puntos débiles” y tener una autoestima elevada. Porque quizá no somos buenos tocando la guitarra, pero somos geniales solucionando problemas matemáticos.
Para tener un buen concepto sobre nosotros mismos, deberíamos empezar por valorarnos más, por creer en lo que hacemos y en lo que nos proponemos, porque a veces dejamos que los comentarios ajenos influyan en nosotros más de la cuenta, ya sea por mala interpretación o por motivos distintos, pero deja de escuchar a los demás por una vez... Busca lo que quieres, lo que se te dé bien, lo que te guste simplemente, escucha lo que quieres tú, ayúdate.


“Para amarte a ti mismo debes inclinar la balanza buscando un equilibrio saludable. La propuesta es: desplázate en el sentido contrario al que marcan muchas convenciones sin caer en el otro extremo. Halla tu dimensión personal y las distancias adecuadas para quererte cómodamente, sin sobresaltos ni culpas. El sólo intento será saludable: habrás creado la maravillosa experiencia de quererte a ti mismo” Walter Riso.

2 comentarios:

  1. Hola Miriam, estoy de acuerdo en la importancia de los pequeños retos, ya que son la base para conseguir esa constancia necesaria para llegar a mayores logros. Conozco el caso de una chica que empieza muchas actividades pero al cabo de poco tiempo se cansa y las acaba dejando. Ya sea por desmotivación, por falta de voluntad o por no aceptar los fracasos. O quizás es debido a una baja autoestima como comentas en el blog. Creo que la constancia es la esencia de nuestros éxitos, sin ella no podemos evolucionar y avanzar.
    Que recomiendas a todas aquellas personas que empiezan muchas actividades pero que al poco tiempo las abandonan? Como podrían motivarse?

    Gracias y adelante con el blog!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola! Antes de nada, agradecer tu comentario sobre mi escrito. Y, contestando a tu reflexión, decir a todas esas personas que se marcan un objetivo y abandonan durante el camino, que antes de iniciar ese costoso "viaje" se planteen si realmente se lo han propuesto por voluntad propia, porque les gusta, o si lo intentan conseguir mediante presión de algún tipo (satisfacer a familiares, pareja...). Por ejemplo, no es lo mismo si tengo vocación por ser profesora y me propongo tener plaza fija en una oposición a que mis padres sean médicos y "por no defraudarlos" siga sus pasos aunque no me guste en absoluto. Y así con todo. Tu amiga podría plantearse si es por eso, y si lo descarta, podría sentarse y reflexionar sobre cómo se ve: insegura, indecisa... Si la falta de motivación es porque no confía en sí misma, hay muchos ejercicios para conseguir reforzar su autoestima y adquirir esa fuerza de voluntad de la que quizá carece por lo que cuentas. Podrías comentarle que si necesita ayuda contacte conmigo en privado y podríamos hablarlo con más profundidad. Gracias de nuevo y que tengas un buen día!


    ResponderEliminar